Hambre, publicada por primera vez en Noruega en 1890, y que ha servido durante un siglo entero como una especie de libro de texto para jóvenes escritores no sólo en su país sino en toda Europa y que influyó, como ellos mismos reconocieron en su momento, en escritores de la talla de Thomas Mann, Henry Miller, Herman Hesse, Stefan Zweig, Isaac Singer y otros, se nos presenta hoy, sin duda, como un texto de nuestro tiempo y de nuestra sociedad.
En efecto, el protagonista de Hambre no tiene nombre, no tiene edad, no sabemos nada de su origen o de su familia. Es un hombre sin pasado, arrancado, como una planta, de su contexto y lanzado al anonimato y la hostilidad de la gran ciudad. Una ciudad, una sociedad, éstas en las que nos movemos, donde el individuo siente con más fuerza su soledad en medio de la multitud y donde, si queremos comprender a la persona, habremos de prestar atención, como el propio Hamsun decía, a "los secretos movimientos que se realizan inadveridos en lugares apartados de la mente, de la anarquía imprevisible de las percepciones, de la anarquía imprevisible de las percepciones, de la sutil vida de la fantasía que se esconde bajo la lupa,de esos devaneos sin rumbo que emprenden el pensamiento y el sentimiento, viajes aún no hollados, que realizan con la mente y el corazón, extrañas actividades nerviosas, murmullos de la sangre, plegarias de huesos, toda la vida interior del inconsciente"
Recuperamos para el lector español la obra cumbre de este gran escritor noruego, marcado por la tragedia personal, ideológica y política. El protagonista de 'Hambre' no tiene nombre, no tiene edad, no se sabe nada de su origen o de su familia. Es un hombre sin pasado, arrancado, como una planta, de su contexto y lanzado al anonimato y la hostilidad de la gran ciudad.
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